miércoles, 26 de enero de 2011

Está tan mal.

Está bien. Al fin y al cabo siempre es lo mismo. Es un poco más de ese ir y venir y fijarme si estás en ese rincón de mi corazón donde a veces te encuentro. Es llorar un rato, buscarte, buscar el dolor de extrañarte, para traerte de nuevo acá y que no estés. Y es que me vuelve a encantar toda esa manera de ser que no reconozco, porque ya pasó el tiempo y sigo inventándote. Porque ya paso el tiempo y sigo pensando que en donde estés, quizás alguna de las cosas que te deje, te hagan acordar a mí. Y después un poco me hace sufrir la voz que me susurra que no al oído.
No entiendo por qué le pusimos nombre a las cosas. Y es que a veces, es la vida la que me va perdiendo en ese mar que a veces es color y otras veces sólo sal. Es que a veces creo que si no le hubiera puesto un nombre, quizá no te hubieras ido. Pero las culpas no están para regalarlas. ¿Y yo dónde estoy? Estoy acá, quizás mucho más lejos de donde me dejaste… y aunque hayan pasado tres años sigo sintiendo tus dedos en mi espalda, tu voz esperando no dejar de hacerme reír nunca y algún que otro susurro de piedad.
A veces no tenías ganas de escuchar. Y yo entonces hablaba, hablaba mucho. Hablaba de todo eso que sabía que nunca ibas a recordar. Lo hacía porque esperaba que algún día lo recuerdes. Porque esperaba que algún día pudieras recordar las veces que dije que todavía te quería casi en silencio, pero no quisiste escuchar. Y entonces no sirvieron de nada. Y te fuiste, abriste la puerta y te fuiste. Como quién sale de un lugar sin haber sentido dolor. Y a mí me dijeron que para salir de algo, tenés que hacerlo de la misma manera en la que entraste. Pero yo no me acuerdo cómo entré en vos. Y quizás sea por eso, simplemente por eso, que todavía no puedo salir. Entonces febrero te nombra más que nunca, los pájaros se alejan porque no estamos juntos y hay días –días indeseables- que te veo en cada esquina y quiero correr para que vuelvas a decir mi nombre una vez más. Pero no. Al menos, no por ahora. “Creer, creer con fuerza y lo vas a tener”. Pero al fin y al cabo es siempre lo mismo… sé que estás, porque desde que te fuiste no dejaste de estar. Pero leo tus letras, letras en papel ya gastado y amarillento, y es entonces cuando una o dos lágrimas se escapan. Pero está bien. Está bien porque así las canciones casi siempre hablan de vos, porque el calendario no es el mismo cuando es tu cumpleaños, porque la lluvia llora más fuerte y hasta los perfumes a veces huelen a exagerados. Está bien porque nada dura para siempre…y vos no me lo enseñaste, tuve que aprenderlo sola. Está bien porque todo rima con tus números, porque las calles se complotan para recordarte, porque estás escondido en mi sonrisa. Está tan bien que es detestable. Está tan bien que la espera se hace interminable y duele, dolés. Está tan pero tan bien que hay días que tu voz se pierde entre los miles de recuerdos de recuerdos que tengo de vos… y sólo me quedan las frases escritas en servilletas de papel, pero ya no gritan nada. Está tan bien que es un día más en el que quiero despertarme sabiendo que de alguna manera estás cerca de mí y que puedo adueñarme de tu boca unos minutos cuando me haga falta amor. Está bien, sí, muy bien…porque al fin y al cabo: siempre es lo mismo.


Evelyn Reggina.

2 comentarios:

  1. "Esta tan mal"
    Guau. Bellisimo.

    Un beso en la frente
    Para la gente con gustos diferentes

    El de Formspring....

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