viernes, 27 de agosto de 2010

Diversidad radial

Dicen las radios que a veces desespero cuando me enamoro y que mi corazón está colgando en tus manos aunque ahora hay otro en mi vida. Pero que nadie calle tu verdad, que nadie te haga más llorar y quizás otra sintonía grite que nos siguen pegando abajo y que la mañana en lanzallamas cantaba Spinetta en una hermosa canción y si alguna vez clavé mi daga en tu espalda (Fito dice que hoy no tengo más que pedir perdón).
A veces lloran palabras en inglés y otras se olvidan de acordarse que tienen que sonar bien.
El otro día una me dijo que por ahí iba el capitán Beto. Yo lo busqué, pero no lo pude ver.
Mi tía no se cansa de escuchar siempre lo mismo. A ella le aconsejan el mismo partido político todas las mañanas y después le cuentan que el mundo fue y será una porquería.
A veces susurran publicidades, pero son cada vez tan monótonas que casi nadie las escucha.
La semana pasada estuvieron media hora contándome que la imitación es el peor suicidio.
Mamá dice que cada vez le da más miedo salir a la calle. Ella es una influenciada por otra la frecuencia.
Yo le digo: Mamá, cambiá de estación, quizás concibas otra realidad.
Pero cuando todo eso me hace tan mal y la señal se mezcla con los suspiros de mi alma, entonces apago la radio y el silencio me dice una vez más que tengo que aprender a esperar.

Evelyn Reggina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario