viernes, 5 de noviembre de 2010

Días, minutos, años. Espera.

Y esta espera que no es más que el no saber, que el ya no verte y que quizás jamás, quizás alguna vez.
A veces es la misma Soledad la que me lleva a encontrarme (y así encontrarte) y aunque todos mis escritos vayan inconscientemente a vos, hoy no tengo nada más con lo que soñar.
Sí, tengo tres lapiceras, dos sueños en vías de cumplirse, mi personalidad distorsionada para Vos y tu perfil de mujer inolvidable. Hoy no soy más que un hombre que, todos los días, te espera en la misma esquina.
Soñando que, ni bien tu mirada me reconozca, corras hacia mí y me digas: "No sabés cuánto tiempo te he estado esperando".

Evelyn Reggina.

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